Dejad Que Cante El Muchacho

No pienses que tiene nada contra ti

si te atropella por la calle

y no te dice adiós:

es porque no te vio.

No hables de ingratitud,

sabes que estima tu compañía

en lo que vale;

no es que se haya vuelto imbécil

de repente,

a juzgar por esa estúpida sonrisa,

ni creas que se confunde

si te llama Margarita.

Es difícil, pero trata de entender

que no se le rompe el alma

aunque le veas llorar,

ni juega sucio por no decir la verdad

ni oculta nada porque esconda

algunas cosas.

Dale tiempo y disculpa la soberbia

de quién se siente un hombre afortunado.

Dejad que cante el muchacho,

ese que se ha enamorado.

Vyšlo na albech